Os voy a contar un cuento…

    Había una vez…  

    Había una vez una funcionaria. Una funcionaria que, llegado el mes de junio de 2.009, se dispuso a cumplir con “su obligación tributaria” y presentó su declaración del IRPF del ejercicio 2.008.- La declaración le salía a devolver (Es decir, que “Papa Estado” durante todo el año 2.008 le había estado “reteniendo” mes a mes un “puñao” de dinero y ahora, año y medio después, le iba a devolver un pico de ese “puñao”)

    Los meses pasaban, y Hacienda no sólo no le devolvía “su dinero” sino que le requería un montón de documentación que ya le había pedido con anterioridad y que obraba en su poder desde hacía mucho, mucho tiempo. (Pero es cuento para otro día)

     Y de tanto tiempo que pasó llegamos a mayo del 2.010. Con lo que nuestra funcionaria debía volver a cumplir con su obligación. Recopiló sus papeles y comprobó que le habían pagado un pellizco extra; (unos atrasos del 2008). Como nuestra funcionaria además de honrada era “un poco tonta” le dio por llamar a la Agencia Tributaria y preguntar que debía hacer con aquellos atrasos (le habían pagado 113,44 € y le habían retenido 17,01)  En la “Agencia” le comunicaron que debía presentar una declaración complementaria a la del 2008 (Al realizar dicha complementaria la devolución ya no era de “un pico” sino de “un pico” menos 24,90 €)

      Pues bien, nuestra querida funcionaria, muy diligente, presentó su declaración complementaria e, ilusa, seguía esperando que “Papa Estado” le devolviese SU “pico” de dinero o, mejor dicho, su “pico” menos los 24,90 € que ahora debía pagar.

      Pasaron unas semanas más y nos plantamos en junio de 2010 y Hacienda le mandó una “cartita” a nuestra funcionaria diciéndole que había cometido una infracción al presentar fuera de plazo su declaración del 2008 y que ello conllevaba una  sanción de ¡¡¡200 €!!!   

      Una sanción de 200 € por presentar una complementaria cuya diferencia era de menos de 25. Cuando además esa complementaria se presentaba de forma voluntaria y venía motivada porque era el propio Estado el que había pagado con retraso parte de la nómina de uno de sus trabajadores. Y por si fuera poco, cuando siendo tanto la declaración inicial como la complementaria “a devolver” y un año después no habían hecho dicha devolución.

     Eso sí, si nuestra funcionaria, renunciaba a su derecho de reclamación y pagaba la sanción en el acto esta tenía una reducción, y “sólo” debía abonar 150 € a las arcas del Estado.

       Nuestra funcionaria, que además de honrada y “un poco tonta” era algo cabezona y no se dejaba amedrentar presentó un recurso en el que mostraba su indignación y le decía a nuestra “amada Administración” que no pensaba pagar la sanción.

       Y en estas estamos que llega septiembre de 2010 y Hacienda manda otra cartita diciendo que tu tía, que nuestra funcionaria es “muy mala”, que pretendía “estafar”, que sus alegaciones no tienen lugar y que debe pagar los 200 € de sanción.

      Pero nuestra amiga funcionaria, que como es funcionaria curra poco y no tiene nada mejor que hacer, vuelve a escribir a la “agencia” y les dice que no han leído sus alegaciones…  ¡¡¡que como narices va incluir unos ingresos antes de recibirlos!!!

      Y pasan unos días, y se ve que alguien con dos dedos de frente en Hacienda coge el expediente y mandan otra cartita (octubre 2010) diciendo que nuestra funcionaria tiene razón, que es un error y que no procede aplicar la sanción. Pero…

     Pero, estamos en Octubre de 2010 y Hacienda todavía no le ha devuelto el importe correspondiente a la declaración del 2008!!!!

     Más una semana después….  Llega otra notificación y….  oh sorpresa!!!!

     ¡¡¡Hacienda ha decidido realizar por fin la devolución del 2008!!!

     Más no acaba aquí el cuento porque…  (algún lumbrera)

     No devuelve el pico menos los 25 € (de la complementaria) sino que devuelve, con dos cojones, el pico entero (más los interese de demora)!!!!!!!!!

      Y colorín colorado este cuento se ha acabado; (mientras Hacienda no diga lo contrario.)

     Perdón, os dije que os iba a contar un cuento y he acabado contándoos una historia real.

     Y ahora vas, y les dices que se dejen de gilipolleces y que le hagan una paralela a Botín o le reclamen a los clubs de futbol los cientos de millones de euros que “nos deben” y verás que pronto salimos de la crisis.-